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El tecnoestrés es uno de los síntomas que sufren quienes tienen una relación tóxica con la tecnología, conexión que puede estar estrechamente ligada a una incipiente adicción.
Estar todo el día enganchado a las pantallas, no solo tiene consecuencias físicas negativas, como dolor de espalda o afectaciones en la vista, sino que también nos puede repercutir psicológicamente de forma adversa, impactando en múltiples aspectos de nuestra vida.
Para evitar esas afecciones, es importante contar con toda la información posible sobre los problemas y anomalías derivadas del consumo excesivo de las nuevas tecnologías. Solo de esta forma podremos identificarlas ante los primeros signos, incluso cuando estos sean sutiles.
Este problema se deriva de la conexión continua y excesiva a Internet desde múltiples pantallas o una sola, sea cual sea el contenido consumido. La simple rutina habitual de un oficinista común, que es también la de muchas otras personas, ya perpetúa el tecnoestrés. Consultar las noticias en el teléfono o la tablet por la mañana, pasar muchas horas trabajando delante de la pantalla del ordenador y descansar acudiendo nuevamente al móvil o a la televisión para disfrutar de un rato de entretenimiento. Al final del día esto genera una suma intensiva de muchas horas ante la pantalla que sin que nos demos cuenta producen múltiples afectaciones leves, moderadas y graves -según la persona-, en nuestra salud.
Malestar, cansancio y ansiedad e incluso trastornos del sueño, son algunas de los síntomas de este efecto colateral del uso intensivo de los dispositivos electrónicos. Además, la exposición excesiva a las pantallas también puede producir trastornos gastrointestinales y por supuesto, conflictos sociales que, desde leves desencuentros con desconocidos o amigos, pueden trasladarse fácilmente a discusiones más difíciles en situaciones laborales y familiares o de pareja.
Estos conceptos dan nombre a otros dos trastornos que se han asociado con el tecnoestrés. Con el uso excesivo de pantallas y tecnología como detonante y punto de partida común, ambas problemáticas tienen múltiples repercusiones negativas para quien las sufre y está demostrado que, estas dos afecciones -que están en auge-, pueden empeorar cualquier situación de burnout laboral, entre otras.
La tecnofatiga, también asociada a la fatiga informativa, produce un agotamiento cognitivo en la mente del afectado. Además, puede provocar una fuerte sensación de cansancio y desinterés a veces acompañada de un cierto escepticismo hacia la eficacia de las herramientas digitales.
Por su parte, la tecnoansiedad produce nerviosismo y tensión al tener que usar dispositivos electrónicos. Aunque puede deberse a alguna experiencia traumática previa en Internet o con el uso de pantallas, suele ser consecuencia de un uso intensivo de las TIC. A menudo, está relacionada con algún tipo de presión que puede ser laboral o personal. Puede ocurrirle a quienes se les exige laboralmente o por asuntos personales, que estén todo el día disponibles y pendientes del teléfono o el email.
Es importante tener en cuenta que asociamos ambos conceptos con enfermedades como la adicción a las TIC o la nomofobia. Por ese motivo, es clave identificar cuales qué prácticas y hábitos digitales son dañinos para poder evitarlos y no desarrollar los problemas mencionados.
Mejorar y asegurar un uso saludable de las TIC no es difícil y se puede lograr adoptando algunos buenos hábitos como, por ejemplo:
Si no se siguen estas pautas, es fácil promover, sin darnos cuenta, la aparición de una tecnoadicción o adicción a las TIC.
Tras esta lectura, es posible que hayas reconocido algunos de los síntomas expuestos, en ti mismo. Además, es muy probable que estén afectando más de lo que crees en tu calidad de vida. Si es así, es altamente recomendable aplicar las buenas practicas mencionadas para mejorar tu relación con las pantallas. Si anteriormente ya has intentado ponerles remedio a tus preocupaciones en relación a tu uso de las TIC y sientes que no es suficiente, lo mejor que puedes hacer es acudir a un profesional.
Lejos de ser algo de lo que avergonzarse, recibir un diagnóstico y pautas de actuación de un terapeuta experto en afecciones digitales, será seguro la mejor decisión que puedes tomar. Hay muchas personas que dejan de lado estos problemas por ser algo que, socialmente, a veces se puede ocultar -solo durante un tiempo hasta que se agrave-, pero atajar esta relación tóxica con los dispositivos digitales cuanto antes, puede resultar en una significativa mejora de la calidad de vida que repercuta positivamente en nuestra faceta laboral, social y personal.
Una llamada sin compromiso puede ayudarte a disipar muchas dudas, así que contáctanos a nuestro teléfono 24h en cualquier momento y podremos concertar una primera visita para conocernos y hacer una valoración de tus necesidades. Si lo prefieres, también puedes rellenar nuestro formulario y te contactaremos acorde a tus preferencias de horarios y discreción.
En nuestra clínica de la C/ Bravo Murillo, contamos con especialistas en deshabituación a las nuevas tecnologías que se pondrán a tu disposición. Este proceso es uno de los más eficientes para acabar con el tecnoestrés y las demás afecciones derivadas del uso excesivo de los dispositivos electrónicos. Para ello, ponemos al alcance del paciente y su familia medidas de cuidado y protección, así como técnicas y herramientas para lograr un mejor control de los impulsos y pensamientos.
¡Recupera tu salud y calidad de vida con nosotros!